Páginas

martes, 29 de noviembre de 2016

¿Dónde empezamos y hacia dónde nos dirigimos?

Al comenzar el Máster de Formación de Profesorado, dábamos por supuesto que el Sistema Educativo había avanzado mucho más rápido, que era más novedoso, inclusivo y estaba más actualizado con las nuevas tecnologías. Sin embargo, a lo largo de nuestra evolución nos hemos dado cuenta de que queda mucho camino por recorrer. 

Todo lo que hemos aprendido durante esta asignatura, los diferentes autores, los tipos de contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales), los métodos de enseñanza, el aprendizaje significativo, la educación emocional, la evaluación justa y eficaz ... nos han ayudado a reafirmar la línea metodológica que nos gustaría seguir para instruirnos como docentes. Y a no olvidar nunca que "Quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender (John Cotton Dana).



Una foto publicada por Lidtam (@lidtam180) el
 

Todas las plataformas que hemos ido trabajando (Blog, Twitter, Flickr, Thinglink, Instagram), nos han abierto las puertas hacia un nuevo mundo, en el que estábamos poco inmersas. Actualmente nos sentimos bastante satisfechas de nuestra evolución, ya que nuestros progresos nos han ayudado a seguir investigando y profundizando en redes sociales vinculadas a la educación.

La semana pasada FernandoTrujillo mencionaba en su Twitter:
"Frente a este espacio de asertividad sin límite, cada día percibo más claramente mis múltiples ignorancias y mis muchas limitaciones".

Nos gustaría poder ser buenas comunicadoras, para poder transferir a nuestros alumnos todo aquello que necesitan aprender para formarse como personas adultas. Desearíamos ser partícipes de su aprendizaje y acompañarlos a ser individuos autónomos, capaces de desenvolverse dentro de la sociedad, que sepan ser competentes, flexibles, esertivos y empáticos con los demás. Que crezcan sabiendo valorar su entorno y a las personas que forman parte de él. No obstante, para conseguir todo esto debemos formarnos nosotros primero. 

En definitiva, nos encantaría convertirnos en educadoras que guían a los alumnos adolescentes por el camino correcto, para que se transformen en buenos estudiantes y personas cívicas en este mundo complejo.

https://www.flickr.com/photos/lighthouse

“Educar no es dar carrera para vivir
sino templar el alma
para las dificultades de la vida”
Pitágoras.
Nos gustaría ser profesoras P-I-A-I, es decir, que nuestras metodologías lleguen a ser:
PARTICIPATIVAS,  que aumenten el interés del alumno.
INTEGRADORAS, para que se trabaje conjuntamente y el aprendizaje sea más significativo.

ACTIVAS, que sea el alumno el que participe en su proceso de enseñanza/aprendizaje y consiga extraer sus propias conclusiones.

INDUCTIVAS, partir de una realidad que el alumno viva para utilizar, modificar y ampliar sus contenidos a la búsqueda de nuevas soluciones.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

¿Para saber conducir un coche tienes que saber cómo funciona el motor?


La respuesta es no ¿verdad? Entonces, si nos ponemos ante el estudio de un caso o un proyecto ¿qué necesitamos saber para aprender?
Roger Schank, experto en Inteligencia Artificial, afirma que "todo lo que puedas aprender se basa en la práctica.
Nosotras también consideramos  que la práctica y la vivencia de experiencias son fundamentales a lo largo de todo un proceso en la vida escolar del alumno. Como docentes queremos aplicar estos valores que les ayuden a superar nuevos retos y conflictos para que más adelante, en la vida real, estén preparados para hacer frente a situaciones o problemas de forma coherente y libre.


https://pixabay.com/es/photos/?image_type=&cat=&min_width=&min_height=&q=working+in+group&order=popular

Según explica Zabala, no existe un único método de aprendizaje sino que es necesario dominar múltiples estrategias metodológicas. Pero, ¿cuál es el criterio a seguir? La respuesta siempre es el método que haga que el aprendizaje sea lo más significativo posible. El profesor debe de ser hábil para encontrar la estrategia apropiada para cada situación y alumnado, mezclando varios métodos: análisis de casos, ABPs, investigaciones, exposiciones, etc. En los que surgirán acciones como buscar, elegir, discutir, corregir o aplicar, como bien argumenta Trujillo en sus vídeos explicativos.
Por lo tanto, cuando planteamos un problema  real  es necesario aplicar otras habilidades y actitudes que en ocasiones no son objeto de un solo saber disciplinar o académico. Actitudes como la participación, la responsabilidad, la tolerancia, la solidaridad, la capacidad crítica, o la autonomía son llamados componentes metadisciplinares, que NO deben separarse del proceso de enseñamiento-aprendizaje.
Para todo ello serán importantes las relaciones interactivas (entre distintas áreas), la organización social del aula, establecer unos espacios y tiempos variados, realizar una buena planificación de los contenidos, proporcionar un material curricular diverso y gestionar unos criterios de evaluación justos y adecuados.
Cuando a Isidoro Isaac Rabi, premio Nobel de Física, le preguntaron qué le ayudó a ser científico, respondió:
Mi madre me hizo científico sin tener la intención. Cualquier otra madre judía en Brooklyn le preguntaría a su hijo después de la escuela: "¿Habéis aprendido alguna cosa hoy?". Sin embargo, mi madre decía: "Izzy, ¿has hecho hoy una buena pregunta?"
Esta diferencia-HACER BUENAS PREGUNTAS- me hicieron ser un científico.
En alusión a esto, nos gustaría poner el ejemplo de un caso real realizado en un aula de primero de ESO, en un instituto de Ibiza. El centro trabaja la enseñanza por competencias y el aprendizaje baso en problemas (ABP). El proyecto tiene como título: La camilla distrae leones.
En este caso los alumnos tenían que elegir un animal que les gustara y a partir de ahí se les propuso un proyecto científico con el siguiente desafío: "Pensar en personas y animales como aliados en el intento de encontrar una mejor vida para todos".
A lo que reflexionaron que en ocasiones las personas ayudan a los animales y en otras los animales ayudan a las personas. La misión del equipo era encontrar el modo de mejorar las interacciones con los animales para que la convivencia mejorara para todos. 
Los alumnos eligieron el león (artefacto), identificaron el problema (cómo conseguir que el animal se relajara en la camilla del veterinario que tenía que atenderlo, sin que el médico o el animal sugieran perjudicados) y diseñaron cooperativamente su propia camilla 'distrae leones'. La finalidad era presentar su proyecto científico (producto final) a concurso (evaluado por unos jueces) para que sus ideas se pudiesen hacer realidad.
Al final, el proyecto se convirtió en una aventura estimulante para todos ellos, se plantearon el aprendizaje como algo motivador y el producto final como una meta satisfactoria. 

Además, lo más importante es que en el camino se trabajaron valores tan esenciales en la vida como: el trabajo en equipo, la cooperación, la integración, la inclusión y el respeto.

Una foto publicada por Lidtam (@lidtam180) el

miércoles, 2 de noviembre de 2016

PREPARADOS PARA SEGUIR PROGRESANDO: AVALUAR POR COMPETENCIAS


Imagen de flickr.com

En esta nueva entrada vamos a tratar el tema de la evaluación. Como ya hemos comentado al principio nosotras venimos de un modelo de educación tradicional y estábamos acostumbradas a una evaluación clásica en la que el profesor decidía en solitario la nota final (heteroevaluación).
Vemos que determinar el grado de competencias que el alumnado ha adquirido es una tarea muy complicada. Esto nos lleva a redefinir los objetivos en todos los ámbitos, seleccionar los contenidos y las metodologías, pero sobre todo a REFLEXIONAR sobre la forma de EVALUAR.

Hemos encontrado realmente interesante la visión de los profesores Neus Sanmartí, José Luis Castillo y Antoni Zabala cuando coinciden que ‘sin cambiar la evaluación no avanzamos hacia una nueva educación’.

Se habla de evaluación como un PROCESO, que tiene una función reguladora en toda fase de aprendizaje. En ella tenemos que enseñar a los alumnos a tener la autonomía suficiente para poder autoregularse y tomar sus propias decisiones, ante situaciones-problemas  imprevisibles y de naturaleza muy diversa de la vida. Para que este proceso sea efectivo, el profesor debe desarrollar unas estrategias de tipo pedagógico específicas y diferenciadas para conseguir que se asimilen mejor los conocimientos y se reduzcan las diferencias de resultados entre unos alumnos y otros. Se trata de crear personas hábiles y con actitud de futuro, que sepan razonar lo aprendido.
CONDICIONES PARA PODER ENSEÑAR A QUE APRENDAN BIEN àAUTOREGULARSE

·     Tener claros unos objetivos, los alumnos necesitan saber porqué hacen las cosas. La evaluación forma parte del día a día.  Realizar actividades diferentes a las tradicionales como pueda ser un diario de clase (resumen autoreflexión de lo aprendido y dificultades encontradas).

·     Dedicar tiempo a planificar y pensar que se va a hacer y cómo se va a hacer. Puede resultar muy útil dar una base de orientación a partir de lo que han aprendido y cómo han evolucionado.

·    Considerar unos criterios de evaluación que sean coherentes. Además los alumnos deben conocerlos y ser partícipes de ellos à coevaluación.
PERO ¿CÓMO PROCEDEMOS A LA EVALUACIÓN DE LAS COMPETENCIAS?

Ésta es nuestra respuesta más temida ¿Qué nos muestra el dominio de los componentes factuales, conceptuales, procedimentales o actitudinales para poder evaluar las competencias?
Tanto Zabala como Neus Sanmartí nos proponen actividades de resolución de SITUACIONES-PROBLEMA aproximados a una realidad que colocan al alumno frente a situaciones complejas. Se realizan una serie de actividades que permitan dar respuesta a cada uno de los componentes anteriores. Hablando siempre de un proceso en el que se trabaja mediante un proyecto o unidad didáctica de cualquier área, que no tiene nada que ver con un examen final, sino con la recopilación de datos de diferentes tareas. Los mejores instrumentos para cualificar son: el portafolio (carpeta de aprendizaje) y las rúbricas que deben de elaborarse junto con los alumnos para que tengan conciencia de su utilidad y funcionalidad.

Por otro lado, nos parece muy interesante la reflexión de Zabala y Castillo en la que destacan la importancia de dejar de lado la sanción y centrarse en la motivación del alumno para su progreso. No debemos de obsesionarnos con las notas ya que son indicadores orientativos.
Una foto publicada por Lidtam (@lidtam180) el


Después de mucho considerar este tema, analizando el punto desde el que partimos y en el que nos encontramos en estos momentos, nos quedamos con la afirmación de Neus Sanmartí en la que dice: ‘Cuando hablamos de ser competente hablamos de saber autoevaluarse bien, ser capaces de ‘separar el grano de la paja’ para seguir avanzando, creciendo, tomando decisiones y resolviendo problemas’.